Grito de Montán
Entre
tanto, Miguel Iglesias, ex-ministro de defensa de Piérola, antes de la caída de
Lima, llegó al convencimiento de que la guerra debía ser terminada o que
destruiría al Perú. Desde su punto de vista, era inconcebible que continuara la
sangría cuando resultaba evidente que la derrota peruana era irreversible.
Muchos observadores neutrales eran también de la misma opinión. En Europa y el resto
de América se veía con escándalo que la guerra continuara indefinidamente.El 31
de agosto, Iglesias lanzó el Grito de Montán y proclamó su autoridad sobre
siete departamentos peruanos: Piura, Cajamarca, Amazonas, Loreto, Lambayeque,
La Libertad y Áncash. Lynch, aunque escéptico al comienzo, tras la experiencia
con García Calderón, lo apoyó.
lindo el blog
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